miércoles, 24 de febrero de 2010

Es duro saber que te quiero,
que te estas convirtiendo en mi mundo
y que mi alma débil se entrega ante tu llama
y se pierde cada segundo que se quema en ti.

Es doloroso saber que te ilusionas,
pero a la vez es hermoso saber que vives en un mundo distinto,
un mundo en el que el dolor es reemplazado por ti,
donde tu voz es el único sonido que escuchan mis oídos,
y donde verte es la meta que rige mi vida.
Es hermoso y a la vez triste…
un débil equilibrio que te lleva a un edén
y en un segundo te devuelve al mundo oscuro y real en el que vives…
donde mi sangre vuela de mi cuerpo y corre hacia ti,
corre y escapa de mí con mis pensamientos,
corre mi alma y se pega a ti,
mientras mi cuerpo se queda llorando por no tenerte.

Como puede el silencio acabar con el tiempo,
como puede carcomer tu alma,
como puede la impotencia matar tus sentimientos,
como puede el amor hacer que vuelva a sonreír.

A veces entre la oscuridad,
entre la profunda melancolía,
encontramos a esa persona
que lleva cura a nuestra tristeza
y alimenta nuestra alma.
Porque en eso es en lo que te has convertido…
en la persona que acaricia mi corazón,
que hace vivir la sonrisa muerta,
que hace que la vida de nuevo tenga sentido.

¿Entonces que queda por hacer?
¿Qué queda por esperar?
Creo que solo se espera un momento mas…
un momento para estar contigo,
un segundo para verte sonreír.